V27 / Confiando en Dios en medio de la Aflicción.

Se acerca una de las temporadas más festivas y de reuniones familiares entre todas las que se celebran en el año, estas son: Acción de Gracia y la Navidad. Se puede percibir el aroma, el aire fresco, el ambiente, y los preparativos para esta época. Una temporada que para muchos es la más hermosa y conmemorativa de todos los tiempos; está llena de alegría, gozo, familias y expectativas. Pero, también es una temporada que a otros trae tristeza, ansiedad, y hasta depresión. En este tiempo, algunos han perdido a un ser querido, otros, han perdido algo de valor, o se sienten solos y llenos de recuerdos que invaden sus pensamientos, especialmente en esta temporada.


Quiero decirles y quizás le parezca sorprendente, algo que es difícil de comprender y muchas veces difícil de explicar; Sí, porque aunque usted no lo entienda, ni lo pueda imaginar, esta temporada en particular, muchas personas de fe que se identifican como creyentes, son afectadas profundamente con mucha tristeza, desánimo y melancolía.


No soy ninguna experta en este campo, pero cuando estudiamos la Palabra de Dios, la Biblia, claramente podemos encontrar personajes que experimentaron estos síntomas, quizás no particularmente en temporadas festivas, pero si en tiempos de dificultad, dolor y aflicción en sus vidas. La primera historia se encuentra en el libro de Salmos 31:1-5; “En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás. Sácame de la red que han escondido para mí, Pues tú eres mi refugio. En tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad”.


Amigo lector, un consejero hoy en día, clasificaría al salmista David en ese estado de desesperación, con un diagnóstico como depresión “tal”; Digo “tal”, porque no sé el término clínico, pero notarás la confianza de éste salmista que tiene una imagen positiva de su Dios, de un Dios que escucha y que lo ayudará. Sin embargo, hay otras personas que tienen otro tipo de acercamiento al mismo Dios que leímos en el Salmos 31.


El otro ejemplo se encuentra en Salmos 22:1-11 observemos la expresión de angustia de éste salmista; “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo. Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel. En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste. Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados. Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía. Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba en los pechos de mi madre.parado ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo. Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel. En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste. Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados. Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía. Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba en los pechos de mi madre. Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios. No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude”.


Aquí podemos notar un concepto de Dios diferente, aunque los síntomas de angustia y depresión son similares a la historia anterior, podemos observar que éste salmista expresa la duda de que Dios puede ayudar, mientras que el Salmos 31, expresa la confianza de que Dios restaurará sus fuerzas. Pero quiero que notemos que los dos Salmos terminan declarando su Fe. En Salmos 31:15 dice: “En tu mano están mis tiempos”; y el Salmos 22:19 “Mas tú, Jehová, no te alejes; fortaleza mía, apresúrate a socorrerme”.


Amado Lector, de la misma manera que nos acercamos a Dios, el concepto que tenemos del Dios Todopoderoso, mejorará o va a interferir con nuestra habilidad de acercarnos a pedir ayuda divina.


La vida puede ser muy frágil y dura, y a la vez llena de desafíos y dificultades…Nadie nos ha prometido vivir en un jardín de rosas; No, pero él ha prometido estar con nosotros hasta el fin, Mateo 28:20.


Le exhorto a que en estas temporadas de festividad que se aproximan, cuando nos acerquemos a Dios, tengamos una imagen más positiva, creyéndole a nuestro creador, que cuando clamamos, o pedimos ayuda divina en confianza, él nos escucha.


Meditemos: ¿Cómo debo acercarme a Dios? ¿Lo hago con confianza? ¿Creyendo? o ¿Dudando de lo que él pueda hacer? Que Dios nos fortalezca en ésta temporada y siempre.


Que estas Palabras sean de ayuda a todos los que se tomen un tiempo para leerlas. Acerquémonos a Dios confiando que Él está de nuestro lado en todo tiempo, ¡No estamos solos!